jueves, 15 de abril de 2010

Irlanda 2009: Una isla Esmeralda con ovejas de colores


Introducción

Buscábamos un destino distinto al anterior (Alpes Suizos): Era el turno de la naturaleza tranquila y pausada, con suaves colinas y carreteras serpenteantes, un mar unas veces turquesa y otras veces gris, extensas playas solitarias, pastos de múltiples tonalidades de verde (cual delicado trabajo de patchwork), grandes áreas de terreno sin población, salpicadas por turberas, oratorios precristianos, piedras de regusto antiguo y ovejas multicolor.

Un país enérgicamente lavado por lluvia abundante, y de vez en cuando enmarcado por fugaces y espectaculares arcos iris.

Cuna de una excelente cerveza negra, y de una exquisita música celta.

Conclusiones

Resumen de algunas de nuestras impresiones del viaje, una vez realizado el mismo:

· Falta espacio para detenerse en las carreteras. Lo normal es que no lo haya, y si lo hay, se trata de la entrada a una casa o a una finca. En las carreteras estrechas esas entradas permiten cruzarse con otros coches, a modo de passing-point, o cambiar de sentido.

· Muchas de las zonas de aparcamiento tienen gálibos.

· A menudo da la sensación de estar circulando por el interior de un túnel verde: la vegetación casi engulle la carretera. Hay pocos kilómetros despejados, donde la vista pueda mirar a lo lejos.

· Es raro el día en el que no llueva en absoluto. Son habituales los cambios repentinos en la meteorología: Puede amanecer con niebla, luego brillar el sol, empezar súbitamente a llover con intensidad, para quedarse el día gris, y finalmente volver a salir el sol.

· Las gasolineras siempre tienen supermercado, aunque habitualmente no tienen licencia para vender vino o cerveza. Es fácil reabastecerse aprovechando las paradas en gasolineras, pero no lo es tanto encontrar vino.

· Casi no hemos visto buzones para la recogida del correo, suelen ser muy discretos.

· En las carreteras estrechas todo el mundo se saluda.

· Se aprovechan los generosos arcenes de las carreteras importantes para circular por ellos los vehículos lentos, facilitando así la maniobra de adelantamiento (los vehículos rápidos agradecen el gesto encendiendo sus warnings).

· Los empleados de las tiendas y gasolineras suelen ser simpáticos. Habitualmente nos preguntaban por nuestro país de origen. La mayoría de conversaciones empiezan por “How are you?”, lo que habitualmente no significa más que “Hola”.

· Casi todos los campings tienen duchas de pago. También suelen tener vaciado de aguas grises, incluso a veces en la propia parcela, lo que combinado con los 8 grados de temperatura matutina habituales, propició que siempre nos ducháramos en la auto.

· A menudo hemos disfrutado de noches en absoluto silencio, lo que hoy en día es difícil de encontrar en muchos países.

· Quizás en otra futura visita no nos traeríamos las bicicletas, no somos muy ciclistas. Pero en caso de hacerlo habría que enfundarlas, para prevenir el óxido provocado por tanta lluvia.

· Las carreteras son muy estrechas. Me encogía cada vez que nos cruzábamos con otro vehículo, según por qué carreteras. Afortunada y lógicamente, a más estrecha es la carretera, menos tráfico soporta.

  • · Las casas suelen ser de planta baja, con amplio jardín. Muchas tienen glorietas de cristal, generalmente orientadas hacia el sur. Tiene que ser un auténtico placer sentarse en ellas y contemplar la lluvia. El jardín suele estar muy despejado, con el césped y los setos cuidadosamente recortados. Los vecinos ordenados (la mayoría) recortan la hierba silvestre de enfrente de su casa, en la carretera.

· En muchas fincas hay ganado: Vacas, caballos u ovejas. Las ovejas suelen tener marcas de colores para identificar a sus propietarios: una línea o un círculo en la nuca, en el trasero, o en el lomo. Incluso vimos unas ovejas numeradas.

· Las fucsias han invadido el país, las hay por todas partes y crecen con vigor.

· Gracias a los muchos días lluviosos, si aparece el sol se disfruta de un paisaje excepcionalmente limpio y brillante, con tonos luminosos de verde, y sin polvo en el aire ni en la hierba.

· No abunda el jamón curado, pero sí el jamón cocido, en distintas variedades. Los quesos habituales son el Cheddar blanco o rojo. La fruta se vende por unidades. Los vinos proceden mayoritariamente de Chile, Australia o California. No hay mucha facilidad para encontrar pan del día, sí pan de molde. La carne que más abunda es la de pollo, seguida muy de lejos por la de ternera. Hay muchos tipos de galletas y pastelitos. Nos ha parecido ver bastante población obesa.

· Los límites de velocidad son genéricos, según la categoría de la vía, y no tienen en cuenta el estado real de la calzada. Autopista a 120 km/h, nacional a 100, resto de vías a 80, excepto a 60 al aproximarse a poblaciones, o 50 dentro de las poblaciones. Como resultado, hay vías estrechas y con el firme en pésimas condiciones señalizadas a 80, en las que sería una auténtica temeridad circular a más de 30.

· El TomTom tiene muchas lagunas en la cartografía de Irlanda, especialmente en las vías poco importantes. A menudo circulábamos “campo a través”. No obstante, nos ha resultado de gran utilidad.

· Cuando llueve todo el mundo continúa andando por las calles como si nada sucediera. Adultos, pequeños, niños en sillitas de paseo o en bicicleta. Nadie gesticula, nadie exterioriza que la lluvia le moleste. Parece que ellos no se mojen.

· Los conductores menos amables son los de los coches de alquiler.

· El país está copado por “Bed and Breakfast”, con muchas plazas vacantes. Parece una forma fácil y cómoda de hacer turismo por Irlanda.

· Hay pocos bares o restaurantes en la carretera. En general hay pocos restaurantes.

· Bastantes folletos turísticos están traducidos al castellano.

Mención especial

Compartimos preparativos con otras dos viajeras: Mª Ángeles del Valle y Clara (Familia Telerín). Ellas corrigieron sobre el terreno algunos de los PDIs, sugirieron pernoctas, dieron sus opiniones tras regresar de “La Esmeralda”. Prácticamente viajamos juntas, aunque en realidad nos separaron unas pocas semanas.

También agradezco los consejos recibidos de Fran y Javi.